3/1/16

tomamos vino blanco viendo el programa de preguntas y respuestas
con el volumen muy alto porque estamos sordas,
volvimos a servir las sobras del treintaiuno de diciembre,
que también eran las sobras del veinticuatro de diciembre,
hay un turrón con miel
que trajimos del supermercado
porque tenía el paquete más brillante y fucsia de la góndola,

quién va a leer
los envases 
cuando va al supermercado?
quién va a leer la letra chica
la miniletra del revés de la etiqueta
cuando va al hipermercado?

tengo una tía que fomenta el consumo responsable,
tiene una lista de productos y marcas que califica
con estrellas como si fueran hoteles.

la calificación con estrellas nos es ajena
del uno al diez nosotras
miramos el programa de preguntas y respuestas
donde sólo hay una respuesta del millón
aunque ya no hay programas
con preguntas del millón.

y recordamos a susana cuando estaba en miami
con pelo de leopardo junto al teléfono,
ajá
ajá
ujúm
ujúm,
así decía?

una vez sonó el teléfono y dije hola susana
y al otro lado nadie respondió,
siempre fuimos demasiado viejas para
hacer jodas telefónicas
pero
hubiera sido divertido

a quién podríamos llamar ahora?
podríamos publicar una aviso fúnebre
de nosotras mismas y ver
el comportamiento de nuestros sobrinos lejanos
agitados por la herencia

podríamos organizar un concurso
mientras tomamos vino blanco
servir todas estas
golosinas que vaya una a saber qué tienen,
si total mirá
cómo llegamos a viejas
lo mismo comiendo
lo que quisimos,

las tías
del consumo responsable
estoy segura de que
aman el dinero
cuentan el dinero y
lo guardan
para la alimentación consiente,
hay que tener siempre
en la cabeza números
fechas,
porcentajes de 
lípidos,
datos
para ganarle al canal
esa pregunta del millón
aunque ya nadie te premia
con un millón de pesos

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